Y llegó el día

El día 23 de Mayo de 2020. Una fecha especial por dos razones.

La principal, el nacimiento de mi hija. Cumple tres años y es alegría, espontaneidad, no siente rencor por nada, ama incondicionalmente, se ríe plenamente..., se enfada, protesta... Es belleza y me recarga de la fuerza más potente que existe, el amor.

Es Abril.

Mi sueño cumplido de volver a ser madre y disfrutar cada momento con ella. Dejar a un lado los miedos (muchísimos) que tuve de mamá primeriza y concentrar toda mi atención en verla.

Pues Abril cumple años y mamá vuelve al trabajo. Las dos cosas las celebramos el mismo día. Mi opción personal y decisión familiar (y que afortunada de haberla tenido) ha sido disfrutar de mis dos hijos siendo pequeños a tiempo completo y así he pasado seis años de excedencia (con un curso académico en activo de por medio que coincidió con mi incorporación a mi actual destino).

En medio de esta confusa, triste y dramática situación sanitaria y social yo estoy contenta. Yo, que me caracterizo por mi "pesimismo realista" ahora estoy muy contenta; pero es lo que siento y así lo escribo.

Estoy feliz porque vamos a festejar: celebramos un cumpleaños, celebramos mi regreso al mundo laboral y vuelvo con muchas ganas de dar un cambio importante en mi docencia.

Estos últimos meses me he formado porque pensaba en la reincorporación y sentía que mi camino docente debía tomar un nuevo rumbo. Sentía que necesitaba evolucionar y para ello donde encuentras más opciones es en el conocimiento. Leed y aprovechad la cantidad de valor que hay en los libros (¡Ojo! siempre hay quien vende humo) porque son años de experiencia y aprendizaje, de aciertos y fracasos condensados para que nosotros podamos tener más opciones de éxito (personal, profesional, emocional...).

Siempre lo he pasado genial en clase pero necesitaba que mi yo docente no se separase de mi yo personal y evolucionase también. Llega el momento del CAMBIO.

FESTEJO el día 23 de Mayo de 2020 con tarta, velas y alegría.